Cuando una mañana le sonríes a todo aquello
que te hace respirar,
que te hace feliz, cuando sientes libertad.
Cuando la música se encuentra atada a un alto
volumen,
con ojos cerrados, miradas parlantes,
gritando en silencio palabras sonantes.
Con un intento de cambiar el mundo,
una música acompañada de un fuerte suspiro,
un suspiro largo, potente y profundo.
¡Oh!
Las injusticias buscando motivos que
cuestionar,
oscureciendo las ganas de salir y luchar.
El desconcierto ante la carencia de la lucha por
los sueños,
ante una mirada ciega y apagada por los
miedos.
Y como pasean mis tormentos sin parar,
navegando iluminados alejándose del mar.
Juntos volaremos hacia un lugar mejor,
siendo las miradas un conjunto de valor.
Comencemos la partida, no dejemos de jugar,
cogidos de la mano, tú no pienses en saltar.
Cuando otra vez te tengo y tú vuelves a
partir,
dejando una pequeña herida que poco a poco se
vuelve a abrir.
Un ligero dolor aprisionado está en mi pecho
buscando ese tesoro,
que escarvando poco a poco, luce una sonrisa
de agua sol y viento.
¡Oh!
Me dicen que en estrella tú te has
convertido,
que compartes con Saturno todo lo que tú has
sido.
En la tierra te esperamos en un nuevo
amanecer ,
mis castigos y mis lágrimas esperando
volverte a ver.
¿Por qué el tiempo que transcurre prepara un
festival,
si mi ser solo se siente como un fuerte
vendaval?
Haciendo ruidos, lejos de cantar sin alas,
con él se me escapó,
un hilo de brisa sin noches ni mañanas.
Parece que truena y tú duermes mientras el
mar comienza a temblar,
haciendo ruido y sin dejar de llorar.
De rosas se llenaron las imágenes que me
trajeron hasta aquí,
de un lugar perdido como mis cantos en Abril.
Hoy será mi primer día, mi cara al sol y mi
sonrisa perdida.
Hoy será el día de la batalla, de la lucha de
mi vida.
Ala impotencia que no acaba,
corriendo hacia detrás como la luz de tu
mirada.
Vamos a recuperar la costumbre de considerar
los consejos de la gente,
hoy me sobra la energía, es el punto de
partida de la apuesta de mi mente.
Una noche y bien sombría me asomé por mi
balcón,
rebajando la agonía que causaba mi dolor.
¡Oh!
Como bailan las estrellas recibiendo a un
miembro mas,
y nosotros mientras tanto en la tierra
recordando,
que el destino ya está escrito, que no cambia
ya jamás.
Llega un momento donde la vida solo te
enseña,
que la gente viene y va,
A la conclusión yo ya he llegado, de que no
quiero sufrir,
que mi vida ya comienza, que yo quiero
sonreír.
Porque la vida es de uno solo, y en ella
tienes que formar,
consiguiendo lo que quieres sin tenerte que
agachar.
Hablando de la vida, el amor no ha de faltar,
que por mucho que se esquive, vale la pena
soportar.
Tú vas a sollozar plegarias cada día,
recordando la armonía que te daba mi razón.
Vas a conseguir que te olvide sin problema,
que sea mi dilema el motivo de tu amor.
Vas a terminar con locura pasajera,
ya que
mi manera te conquista sin cesar.
Vas a colocar tu mirada en unas fotos,
repasando mi figura y como conquistar.
Porque mientras pensaré, si va a valer la
pena,
comentarte por las buenas que no te quiero
más.
Porque yo ya me cansé de seguirte varias
veces,
paseando por la calle al ritmo del compás.
Tú no te dignaste ni a girarte varias veces,
yo creo que de miedo por si no estaba detrás.
Pero luego recordé que habíamos quedado,
a las
ocho de la tarde para despedirnos así sin más.
No nos hizo falta ni el uso de palabras,
solo el roce de mis manos, que tocaban ya su
piel.
En silencio recordábamos como era estar
juntos,
como eran sus labios y que sabor a miel.
Yo me levanté del asiento en un segundo,
una despedida que nunca olvidaré.
Cuando subí al tren, miré hacia la ventana,
dirigida ya a la luna y a lo que nunca ya
tendré.
¡Oh!
Al llegar a la ciudad una sorpresa me
esperaba,
me indicaron que bajara y que no cantara más.
¡Oh!
Eran mis amigos en una caravana,
explicándome el viaje que se iba a realizar.
El sol desconcertado me miraba desde arriba,
no sé donde iba ni si iba a regresar.
Acampamos una noche, a la luz de las
estrellas,
Abundaban los secretos y la forma de volar.
Por fin todos reunidos, esperamos dulcemente,
comenzó un amanecer de ruegos, deseos y suerte.
Dicen de la amistad que es la reina de la
cura,
y yo tengo el placer de no sentir ninguna
duda.
Llegamos a un lugar, a un lugar vacío,
para que nosotros manualmente creáramos un
hogar.
Un hogar de cantos, de alegrías y disputas,
de verdades a la luz y sin cámaras ocultas