martes, 15 de enero de 2013


¡CHULEALE AL DIABLO!
¿ Porque cuando despertamos por las mañanas solo vemos una cara legañosa reflejada en el espejo de tu cuarto y no esa textura de piel diferente a la de todas las personas y esos ojos de un color único dentro de los apetecibles, una sonrisa que compite con los reflectantes rayos del sol y un pelo alborotado que te hace sentirte grande, león/leona luchador/luchadora de la selva, porque no abres la ventana y dejes que entre el polvo de fuera que deambula por el aire como deambulan tus caderas a la hora de actuar en plena acción?
Lo mio no es una pregunta, porque lo pongo a prueba cada vez que el gallo canturrea en el hueco del ascensor. 
Poeta flor de los huesos de aceituna estando en el punto muerto del oscuro túnel.
No, yo ya lo he pasado atracando corazones que se abren como cortinas en grandes ventanales.
Máscaras florecidas de plumas coloridas a causa de las sonrisas culpables pequeños enanitos son.
Investigar las calles de tu vida y observar los cambios de los semáforos, las sillas ocupadas por tierras libres y ahora lejos de las cuatro paredes me atrevo a decirte... 
¡Me he atrevido!