domingo, 30 de marzo de 2014
Empiezas a recorrer un camino largo, donde no ves el final, cada vez mas y mas largo, las fuerzas comienzan a escasear, la energía comienza a desaparecer, el sol se va escondiendo poco a poco para dejar paso a la luna, la oscuridad se ha apoderado del mundo...
Pero al llegar a la cima de la carretera mas larga y pendiente jamás vista, ya comienzan a volver a verse el resplandor de los rayos del sol que hacía tanto tiempo que no salían a pasear, las fuerzas y la energía vuelven a recobrar la vida que se había consumido entre tantas sombras, comienzas a sentirte fuerte de nuevo con el sol iluminándote cada uno de tus pasos, porque lo bueno de la luna es que a su lado siempre están las estrellas.
Los amigos no solo son la familia que se escoge, son aquellos que te levantan del suelo cuando te has caído y no te quedan fuerzas, son aquellos que se dejan en ridículo solo para que sonrías, son aquellos que les duele verte triste como si de ellos mismos se tratase, son aquellos que te hacen bailar debajo de la lluvia sin mojarte, son aquellos que con una sola mirada están pensando lo mismo que tú, son aquellos que no cambiarías por nada en el mundo.
Cuando en ese instante has sentido que las nieblas desaparecían por completo y que no había nada mas que nublara tu vista y el color de tu sentimiento, que te daba igual cuanto fuera dos mas tres, o que en vez de caer gotas de lluvia cayeran piedras de granizo.
Cuando te das cuenta que simplemente ha sido un pequeño instante de sentir la magia plenamente en ti, un pequeño instante de miles de años que en ese lugar quedan recordados, en una página ya no escrita en blanco, pero que no tiene que estar mas escrita en otro color.
Cuando sientes que las cosas no deberían de haber cambiado por nada y que por ese motivo no deberían de cambiar mas.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
